DÍA 4

En la línea de salida. ¡Muy buenas noticias!

Paradójicamente, hemos empezado a trabajar en domingo.

La ciudad se desperezaba poco a poco por orden: de madrugada los cánticos de la mezquita, después gallos y pájaros  anunciaban que se nos terminaba el descanso…

Como cada mañana, después de preparar los bocadillos para el mediodía y desayunar,  nos hemos desplazado al sitio de trabajo. El tráfico era menos intenso que el de ayer. Los domingos por la mañana muchas personas asisten a iglesias de diferentes denominaciones.

Llegados al lugar, hemos esperado a que acabará el culto que tienen los domingos en la iglesia. Había ganas de empezar a trabajar, pero sentíamos que debíamos respetar sus costumbres y horarios.

Los equipos médicos preparaban su ropa sanitaria y ultimaban la preparación del material. En el exterior del edificio, muchas personas esperaban para pedir hora de visita. Pronto ha llegado la noticia del día:  íbamos a utilizar por primera vez el faco emulsificador. Este aparato permite realizar la cirugía de cataratas con una técnica que facilita a los pacientes una recuperación  más rápida y segura.  Este aparato lo hemos podido adquirir gracias a la campaña de crowfounding. Una mujer de unos 40 años ha entrado en el consultorio sin apenas ver con el ojo izquierdo y ha salido por su propio pie teniendo la visión notablemente mejorada. Probablemente es la primera vez que se utiliza esta técnica en Burkina. Mientras, en pediatría atendían más de 50 visitas. Los pediatras han constatado, el buen estado de salud de los niños y niñas del orfanato de Acts Ministry a diferencia de la población infantil de la zona.

La farmacia funcionaba sin descanso suministrando medicamentos, y el equipo de ginecología visitaba mujeres con diferentes problemas. Familias enteras pasaban por la consulta de medicina general. Constatábamos, una vez más, que el cuidado de la familia (como muchas otras cosas en Burkina) corre a cargo de las mujeres. Muy pocos hombres han asistido a las consultas de hoy, y ninguno con niños.

A pocos metros de allí, el equipo A jugaba a pleno sol con centenares de niños y niñas ávidos de atención y cariño.

Por la tarde han continuado las visitas medicas. Nos han emocionado dos niñas que han cantado una canción al equipo de otorrinos, en señal de gratitud después de que se les pusiera un audífono.

Una función de marionetas entretenía a los niños. Cuando los muñecos les hacían preguntas, ellos, en lugar de responderla, quedaban boquiabiertos tratando de descubrir cómo  éstos se movían solos y les hablaban. También ha habido tiempo para el taller de música. No descubrimos nada nuevo  si escribimos que estos niños llevan la percusión y el ritmo en la sangre. Paralelamente ha empezado un taller de arte, en unos segundos nos rodeaban decenas de niños y niñas que nos pedían pinceles y pinturas. Han hecho verdaderas obras de arte que hemos utilizado para decorar las paredes de la iglesia.

Mientras, y de nuevo bajo el sol, se organizaba un multitudinario partido de fútbol. Muchos descalzos, la mayoría en chanclas. Hemos sido testigos de cómo algunos  niños compartían su modesto calzado. A pocos metros, los partidos de voleibol se seguían jugando entre gritos y risas, al tiempo que los más pequeños participaban en juegos infantiles.

Una mujer nos ha explicado el curioso origen del nombre de este país, Burkina Faso, que significa “país de los hombres íntegros”. Hace años, un dirigente, que deseaba un mundo mejor para sus habitantes pensó en cambiar el nombre de su país. Pero, ésta, como otras historias, acabó mal, y la codicia de las personas de su confianza (en especial la de su mano derecha) acabó con su vida.

Acabamos el día cansados, pero con la sensación de haber hecho felices a muchos niños y también la convicción de haber ayudado a mejorar la salud del centenar de personas que hemos atendido.

Touma ya wousogo (queda mucho trabajo) pero también 6 días por delante que queremos aprovechar al máximo.