Día 6

Pilar puesto y qué sucede cuando escuchas por primera vez tu propia voz.

Jean Jackes, Anita, Naomie y Christian, son algunos de los XXXX niños con sordera muy severa, que han oído hoy, por primera vez. Son los niños del programa Oumarou que ayer pasaron por la consulta de ORL. Sonreían, abrían sus ojos, y les sorprendía especialmente cuando escuchaban su propia voz. No a todos los niños no se les puede adaptar un audífono, ya que cuando la sordera es superior al 90, la mejoría sería imperceptible. Es algo que ellos no pueden entender, y cuesta explicar a un niño que está ilusionado, que después de hacerle todas las pruebas necesarias, la adaptación de un audífono no es la solución a su problema.
¿Cuántas veces hemos oído que la necesidad agudiza el ingenio? Hoy el equipo técnico ha tenido una anécdota al respecto. El pilar del TMC finalmente se ha puesto y un operario lo ha fijado a la pared. Se preguntaban qué tipo de cola utilizarían, cuando se les ha acercado un operario con una lata de refresco cortada por la mitad que contenía un líquido misterioso. Era una sencilla mezcla de gasolina con porexpan que se ha utilizado para pegar con fuerza el pilón y ha servido como el mejor de los materiales adhesivos.

Un día más, los consultorios han estado repletos de personas. En ginecología han seguido viendo a mujeres, el 95% de las cuales estaban mutiladas sexualmente. El doctor burkinés nos ha reconfortado contándonos que gracias a la presión y denuncias internacionales, el gobierno prohibió hace 10 años las ablaciones. Actualmente se están realizando campañas en hospitales, centros médicos y escuelas, para acabar con esta costumbre centenaria.

A media mañana, una doctora ha observado una mujer con un bebé en brazos que no se atrevía a entrar en la consulta. Le doctora le ha preguntado si necesitaba ayuda, y ella ha contestado que le gustaría hacerle una revisión a su bebé pero que no tenía cita concertada. Las pediatras han revisado al niño: el bebé había nacido prematuramente, tras sólo 32 semanas de gestación hacía una semana y sólo pesaba 2 kilos! Le han aconsejado sobre los cuidados especiales que necesitaba tanto ella como el bebé y la mujer ha expresado su gran agradecimiento.
Por la tarde, se ha hecho la recepción a los padres de los niños y niñas del programa Oumarou, donde se les ha explicado el funcionamiento de los audífonos, la importancia de su buen, y el seguimiento que un doctor burkinés les realizará trimestralmente. También se ha hablado de la obligatoriedad de asistir regularmente a la escuela para poder seguir formando parte de este programa. La recepción ha terminado con un obsequio de parte de sus padrinos y una canción en lenguaje de signos que los niños habían aprendido por la mañana.
Después de la cena (que no tenía nada de especial aunque fuera final de año), hemos ido a un restaurante con terraza, discoteca y piscina. Allí hemos dado la bienvenida al año nuevo a ritmo de la canción burkinesa: “bonne-anne, bonne anne”. La noche ha acabado con muchos valientes en la piscina, algunos porque querían y otros empujados.